Desempolvando la historia de los cinemas de Ibagué
El cine a través de la historia ha sufrido ciertos cambios y evoluciones que han modificado su ruta y enfoque a la hora de poner filmes en la pantalla grande. La evolución del cine va más allá del mejoramiento de la nitidez, de la imagen y de la calidad de los efectos visuales. Esta evolución consiste en la rápida difusión de este arte tan complejo y amado por la población mundial. Siendo así, la pluriculturalidad que existe hoy en día a la hora de ver cine es bastante amplia, afirmando que la diversidad de historias y su forma de reproducción hacen que cualquiera se sienta identificado con estas.
En la ciudad de Ibagué existieron varios cinemas, prácticamente todos de una misma familia “Los Ramírez” estos eran: El Metropol, el Nelly (Doral), el Julio Cesar, el Imperial, El teatro Torres, el Real y el Tamana, siendo el más antiguo el teatro Torres, hoy en día el Teatro Tolima y el más moderno el cinema Real ubicado en el Centro comercial Pasaje Real, segundo piso “en donde vendían las mejores hamburguesas” así lo comentan Jairo Arturo Feria y Luz Marina Castro, quien recuerdan este cinema con una sonrisa en su rostro. Añadieron que “El cinema real contaba con muy pocas sillas, pero todo se llenaba”
Hoy en día no queda ni el rastro de haber existido allí un teatro, estos recuerdos y estas calles llenas de personas haciendo una fila para poder ver una película quedaron en la mente de los ciudadanos ibaguereños que frecuentaban los cinemas. Devolverme 12 años, para recordar esos momentos de felicidad que sentía al llegar al Cinema Metropol. Recuerdo la primera vez que fui al cine y ver una pantalla demasiado gigante era novedoso para mí, ir a la tienda de Condorito a comprar uvitas cubiertas de chocolate era mi mejor plan. No sé por qué se me viene a la mente “Rocket Power”, una película que me vi, me acuerdo muy bien que cuando me sentaba en la silla del cine, mis piernas solo se movían mientras veía la película, pues era demasiado pequeña.
Al tener contacto directo con las personas y preguntar acerca de los cinemas antiguos, pude observar que las personas confundían los cinemas y a pesar de contarme las experiencias de cada uno, percibí que no tenían presente y confundían los nombres y los lugares correspondientes a cada teatro que asistían para ver una película.
Se evidencio lo anterior cuando le preguntamos al señor Oscar Rubio si sabía algo del Teatro Real y de los demás, nos contó que el dueño era Gustavo García y que la única persona que nos podría colaborar era él, también me empezó a dar las direcciones y nombres de cada cinema, pero en donde quedaba el Julio Cesar decía que quedaba el Doral.
En el recorrido también me cruce con personas parcas: Gustavo Hernández, un vendedor de dulces que estaba ubicado al frente del parqueadero donde antes quedaba el Imperial, me acerque y le pregunte si tenía conocimiento sobre El Cinema, pero el señor de una forma altanera y grosera sólo me dijo que hace más de 15 años trabajaba ahí y el dueño de los teatros era el Sr. Ramírez quien según Hernández, la familia Ramírez sigue siendo dueña del parqueadero. Le pregunte el nombre del Sr. Ramírez, pero me miro de arriba abajo y me contestó: “No me lo sé, y si me lo supiera no se los daría”. Gustavo me dio información corta, por consiguiente fui a averiguar con las personas que cuidaban los parqueaderos, pero eran muy jóvenes y solo nos dijeron que ya todos habían fallecido.
Pero no sólo parcas, también generosas y divertidas… Seguí mi recorrido, y por toda la tercera más abajo del Pasaje Real me encontré a Josep Campos y a William Polo, dos personajes que hicieron alegre mi tarde, pues la conversación fue tan efímera que parecía que nos conocíamos desde hace muchos años. William Polo me comentaba que el Teatro Nelly quedaba en la carrera 3 con 15-16 y era el que más se llenaba, pues según él la mayoría de películas eran para mayores de edad, y la mayoría eran de XXX (sexo). También me contó que los días que más se llenaban eran los martes pues era el día que hacían las promociones, Josep Campos sólo afirmaba lo que decía William Polo.
Anteriormente para ir al cine, las personas vestían elegante, la mujer con un vestido largo o con sus faldas largas, medias veladas y tacones o zapatos bajitos y normalmente acompañados de un gorro y los hombres con trajes de paño y con gorros. En ese tiempo, el clima de Ibagué era totalmente distinto, normalmente mantenía una temperatura de 20*C y el centro de la ciudad era más frio. Ir al cine era la moda, era uno de los mejores planes de la gente que trabajaba en oficinas y el plan de familia en los fines de Semana. En los cinemas se presentaban tres sesiones: Matines, despertino y noctura en donde noctura sólo podía entrar el público mayor de 18 años.
“Gustavo Torres y Hernando Bonilla (ingeniero y para nuestro caso historiador) mencionan que el origen de los teatros en Ibagué se remonta hasta la década de los años 40. Por mucho tiempo, los periódicos de la ciudad (El Cronista, El Ciudadano, El Combate, El Derecho, El Nuevo Día, Prensa Nueva) sólo publicaron noticias sobre los teatros de manera esporádica. En sus páginas poco o nada se escribió sobre la importancia de los teatros para la vida cultural y el entretenimiento de la ciudad. A su manera, cada periódico ignoró que el cine fue, por muchos años, un Plan Familiar y una eficiente forma de hacer vida social en la ciudad” (Orlando Baron, 2016).
Noticias como “Use el cerebro”, fue publicada para informar sobre el estreno de esa película. Paramounth Pict y la Gerencia del Teatro Imperial sortearían un viaje a Estados Unidos, con estadía en Miami, pasajes ida y vuelta, Hotel y comida, cuatro días y tres noches, para las personas que fueran a ver tan espectáculo estreno.
También “Ibagué 70” que se publicó el 10 de marzo de esa misma fecha y fue escrita para informar sobre el estreno de la película “Time of Mundial” que se estrenó el viernes siguiente de esa fecha en el Teatro Imperial en donde el público Ibaguereño podía entrar gratis a ver la proyección del estreno, esta noticia fue escrita porque próximamente se iban a realizar los juegos Nacionales y querían incentivar a los ibaguereños con esta película.
“Existen aún las personas vinculadas con la historia de nuestros cinemas: María Beatriz Ramírez Diomedes Poveda, Jaime Valderrama Laverde (Condorito) Jorge Ramírez, Gustavo Torres, Hernando Bonilla…” (Orlando Baron, 2016)
María Beatriz Ramírez, hija del Señor Julio Cesar Ramírez (para mi caso historiadora), me brindo una información muy importante sobre los cinemas. Su padre fue el fundador y pionero del cine en el Tolima, él trajo las cámaras en un viaje que hizo a Estados Unidos en Barco, conoció el cine en 1930 y aproximadamente por esa época trajo una cámaras de New York y empezó con el Antiguo Teatro Colombia, que quedaba en la tercera entre 15-16, en esa época las estructuras no eran en ladrillo el Teatro era en Guadua con techo de zinc y las sillas eran unas bancas de madera, era una estructura muy precaria donde se proyectaban las películas sobre sábanas blancas, el telón era una tela blanca. Había muy poca técnica.
En los años 40 se abrió un Cinema, El imperial y se le cambio el nombre al Teatro Colombia por Torres. Anécdotas como “Mi padre me contaba que al lado del Teatro, habían muchos lotes y había ganado, muchas veces había que parar la película para que las vacas pasaran de un lado a otro” (María Beatriz R, 2016). Porque en esa época estaba de moda el cine mudo, Charlie Chaplin.
El Cine antes y ahora, el furor es la diversión. Las personas siempre han buscado “cine” como un programa para hacer el viernes en la noche o el sábado y domingos por las tardes, el cine nunca se acabara, este siempre va a revolucionar y va a cambiar. Comenta la Señora Beatriz.
En los años 60 y 70 las salas de cine eran muy grandes, el Teatro más grande de la Ciudad de Ibagué era “El Avenida” con una capacidad máxima de 1200 personas y el que menos tenía era el Real con una capacidad máxima de 320 personas aproximadamente.
“Hoy en día el Cine como tal se acabó”, así lo comentó María Beatriz con una cara un poco pensativa, El cine hoy en día tienen más o menos 5 0 6 salas de Cine y cada una con una capacidad máxima de 150 personas.
Alvaro Ramírez, hermano de la señora María Beatriz, “Icono del Cine en el Tolima” siempre estaba en el hall del Teatro Imperial y en el hall del Teatro Metropol. Era el Administrador de los Cinemas y trajo e invito a la ciudad de Ibagué a Mario Moreno, “Cantinflas”, vino personalmente por la invitación especial de Alvaro. “Cantinflas vino y dono varias casas a personas de escasos recursos” (María Beatriz R, 2016). Resaltó también de su hermano que en la época de Navidad, una fecha especial para las personas “Los niños pobres podían ir a Matinés totalmente gratis e incluía desayuno” ” (María Beatriz R, 2016).
Diomedes Poveda, un hombre de 60 años de edad, reconocido por haber trabajado 22 años en algunos de los cinemas que existieron en el centro de la ciudad de Ibagué. Se pudo notar lo amable que es Diomedes, con él tuve una conversación amena y con una personalidad grata empezó a brindarme información sobre los cinemas en los que trabajó. Principalmente, me comentó del Teatro Metropol, este duró 28 años, pues el dueño se aburrió porque llegó Cinemark, una competencia demasiado fuerte. Los estrenos los enviaban de Bogotá. Cuando las películas eran de acción, el cine se mantenía muy lleno, los días que más se llenaba el Teatro eran los viernes, sábados y domingos. Los viernes eran esos días que las personas deseaban ir a cine, pues ese día era el de los estrenos.
Del teatro Metropol sólo queda la estructura, en ese entonces eran tres pisos. Había 2 salas y la mayoría de las películas eran en español, las películas de estreno llegaban principalmente a este antiguo teatro. Poveda me comentó que El Teatro Nelly era el mismo Doral, le cambiaron el nombre, pues los mismos dueños del Metropol eran del Doral, ese teatro era el más grande, tenía capacidad para 750 personas, le seguía el Metropol con 627 personas, después el Julio Cesar con 365 personas y finalmente el Real con 320 personas, El real era el más moderno y las hamburguesas que habían ahí eran las mejores. Es sorprende ver como Diomedes recuerda con exactitud estas cifras tan exactas. “Yo trabaje con mucho amor en los cinemas y por eso no se me olvida nada” Añadió Poveda.
Como dato curioso y de acuerdo a las consultas realizadas en la Biblioteca Darío Echandia de Ibagué, encontré que el teatro Nelly (Doral) fue multado por $2.000 (dos mil pesos) por proyectar en sus salas de cine películas pornográficas. Esta inspección fue hecha por el señor Raúl Betancourt quien reveló en esta noticia que el Teatro Nelly mostraba un material “prohibido” lo que conllevó al cierre del establecimiento.
El 31 de Agosto del 2006, luego de tantos años de servicios y ante la llegada de la firma Cinemak, los propietarios de los teatros de trayectoria en Ibagué: Julio Cesar, Doral, Metropol, Real, tomaron la decisión de cerrar estos establecimientos debido a que los usuarios ya no querían ir a esos teatros por la nueva tecnología y la innovación que traía las salas de Cine ubicadas en Multicentro.
Para finalizar, es importante conocer que en el 2014, bajo el título “Cines en Colombia, negocio de 364 millones anuales” se informó sobre las tecnologías e innovación y además para dar a conocer las cifras económicas y datos económicos sobre el cine de Colombia y por último mostrar gran monopolio, en este caso cine Colombia y Cinépolis. A través de esta noticia se informó sobre la llegada de nuevos cinemas y sobre el desarrollo de la industria del Cine a los empresarios.
Así mismo, el impacto el gran impacto en la sociedad, pues nos obligan a ver lo mismo en cualquier cinema, en cualquier ciudad y en cualquier parte del país con altos costos para los usuarios, con tarjetas de descuento y la utilización de reservas a través de internet.
Hoy en día, el estreno de una película ya no es importante para nadie, las películas que se estrenan en la ciudad de Ibagué son las que están de moda mundialmente. Antes el cine de Ibagué incentivaba a personas con películas, como por ejemplo en la noticia que se publicó en un periódico de la ciudad “Ibagué 70” en donde el teatro Imperial dio entrada gratis a todos los ibaguereños para el estreno de “Time of Mundial”, su fin era incentivar a los deportistas de la ciudad para que participaran en los juegos nacionales que se iban a realizar ese mismo año. Hoy en día todo es igual, obligan simplemente a ver lo mismo en cualquier cine y en cualquier ciudad. Estos monopolios lo único que generan es un gasto innecesario de dinero porque dos meses más tarde la película “famosa” está saliendo por la TV o en la internet., o bueno, no sólo eso, también están disponibles en las calles a tan solo dos mil pesos.